De vez en cuando todavía alguien se sorprende al leer en este blog o mi perfil en twitter que soy gay. Me escriben cosas como:
¿Por qué tienes que ir diciendo que eres gay? yo soy hetero y no lo voy pregonando
¿A quién le importa con quien te acuestes? no tienes porque ir diciéndolo
No suelo responder a ese tipo de mensajes. Es algo complicado responder en tan solo 140 caracteres. Por fortuna la gran mayoría de la gente va superando la homofobia y hasta lo ve con disgusto, pero aún hay en torno a un 4% de la gente que me lee que no les gusta que escriba o diga nada sobre el tema gay. De ese 4% algunos son provocadores pero otros son gente genuinamente interesada en entender por qué, en su visión, hago algo que ellos no entienden o no aceptan. Aprovechando que hoy es 28 de junio, el día del orgullo gay, quiero aclarar un poco este tema. Sé que a los provocadores no conseguiré convencerles de mucho, pero a los curiosos espero poder explicarles el tema.
Para empezar ser gay (incluyo también a las lesbianas) no es parte de mi vida privada, es mi vida. Soy gay cuando trabajo o voy de vacaciones. No dejo de ser gay cuando estoy con mi familia o cuando entro en una reunión. Mi visión del mundo, mi entendimiento de la realidad, mi comprensión de los demás, está inevitablemente teñída de todos los aspectos de mi identidad (varón, blanco, español, emprendedor, 40 años, etc) y lógicamente, también, como gay. Nunca nadie me ha criticado por decir en mi perfil que soy de Avila o que nací en 1970, ¿por qué se sorprenden entonces que diga que soy gay?
Intentando ser amable hay gente que te dice cosas como "no me importa lo que haces de noche en tu cuarto" o "no me importa qué haces de cintura para abajo". Agradeciendo la amabilidad de fondo no puedo dejar de pensar que son muletillas abusivas porque asumen que ser gay es algo exclusivamente relacionado con tu vida sexual cuando no lo es. Una forma de decir "mientras seas como yo no tendré problemas contigo", "mantén quien seas escondido, detrás de una puerta, en la oscuridad, si quieres que nos llevemos bien". Una velada amenaza al diferente: "se igual que yo si quieres mi aprecio".
La visibilidad es nuestra mejor defensa
Uno de los aspectos mejor estudiados es que la opinión de la gente cambia de manera radical cuando conoce homosexuales en primera persona. La homofobia tiende a desaparecer con el conocimiento. No es casualidad que las ciudades y ámbitos con mayor número de gays sean también las más tolerantes: es la presencia de gays lo que hace que esa ciudad sea tolerante y no al contrario. Me da esperanza en el género humano que los prejuicios sean conquistables simplemente con explicación y visibilidad, poco a poco, año a año.
Personalmente nada me ayudó tanto en mi proceso de aceptación y salida del armario como tener modelos de referencia de otra gente bien integrada que vivía su vida con naturalidad y tenía carreras profesionales con éxito. Ellos me ayudaron con su ejemplo a dar esos pasos tan díficiles con amigos, familia y compañeros de trabajo. Igual que otros me ayudaron a mi con su ejemplo asumí que también yo tenía una cierta obligación de visibilidad para ayudar a otros que están luchando por aceptar y entender su orientación sexual. De vez en cuando recibo un email o un mensaje de alguien que verme en una charla o leer algo en mi blog le ayudó a cambiar su vida. Nada me da mayor alegría que saber que he podido ayudar a alguien en ese sentido.
Si queremos que la homosexualidad salga de su historia de odio la mejor herramienta que tenemos es la visibilidad. Como dijo el juez del tribunal supremo de EE.UU. Louis Brandeis "La luz del sol es el mejor desinfectante". La transparencia, la ciencia y el conocimiento son la mejor herramienta para superar miedos religiosos y odios ancestrales.
No oculto que soy gay porque me ayuda a mi y a otros a superar miedos, porque no me gusta tener que mentir para que otros mantengan sus prejuicios, porque quiero evitar malentendidos, porque es quién soy, porque quiero una sociedad libre y justa en la que poder vivir y también porque me da la gana.