Todos los niños saben que los libros más interesantes están en la última balda, donde se supone que los niños no llegan. Descubrir esos libros ocultos e intentar averiguar por qué se consideran no-aptos los hace aún más atractivos.
En las exposiciones en Estados Unidos a veces te encuentras a la entrada un letrero advirtiendo de su contenido. Una vez me topé con un aviso así en el Guggenheim de Nueva York. Entré sin dudar claro, esperando encontrarme algo intenso. La advertencia de contenido potencialmente ofensivo lejos de frenar, anima. Lo curioso, lo grotesco, lo sorprendente, lo auténtico atrae con magnetismo irrefrenable. Para mi desilusión eran cuadros de las vanguardias de comienzos del s. XX con inocentes señoras desnudas. En otra ocasión me encontré este letrero parecido a la entrada de una exposición de Mapplethorpe, me hizo sonreír. Algunas obras en esta exhibición pueden no ser apropiadas para todas las audiencias. ¿No es siempre así? ¿No hay siempre algo que pueda ofender a alguién en cualquier ocasión? Sé que son advertencias para la gente con niños pero me hace gracia este tipo de avisos.
Lo más interesante de lo "ofensivo" es que resulta fluido. Evoluciona con los años y no siempre hacia mayor aceptación. Mucho de lo que en el pasado resultaba "ofensivo" hoy nos sorprende que algún día lo fuese. Los libros de Descartes y Machiavelli que hoy se estudian en el bachillerato estaban hace nada en el Index Librorum Prohibitorum. Pero no siempre somos más liberales que en el pasado, hay películas de los años 70 por ejemplo que serían chocantes para las audiencias de hoy en día.
¿De dónde viene entonces la necesidad de advertir?
¿Realmente alguien que se encuentre con la "Advertencia de contenido" de Blogger pincha el botón azul de "no deseo continuar"?
Cada vez que veo ese cartelito de advertencia de Blogger me recuerda esa genial frase de Morpheus en Matrix:
You take the blue pill, the story ends, you wake up in your bed, and believe whatever you want to believe. You take the red pill, you stay in Wonderland, and I show you just how deep the rabbit hole goes
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Lo ofensivo en general está más en el ojo que mira que en lo mirado.
Publicado por: Lamia Ushia | lunes, diciembre 29, 2008 en 12:09
¿De dónde viene entonces la necesidad de advertir?
Pues por motivos legales.
Publicado por: marmolillo | lunes, diciembre 29, 2008 en 15:03
pues a mi bien que me hizo gracia cuando lo hicieron... fuera todo el tráfico que provenía de google, aunque quien juega con fuego se acaba quemando.
Publicado por: ninfas del bosque | martes, diciembre 30, 2008 en 00:25