Acabo de volver de Japón. Han sido dos semanas fascinantes. Fui a la Novena Convención Mundial de Ikebana, del 27 al 30 de octubre en Tokyo, un evento para celebrar el 50 aniversario de la fundación de Ikebana Internacional. La convención contó con la presencia de la princesa imperial Takamado y el ex-primer ministro Koizumi.
No voy a hacer como mi amiga Monica "De Barcelona", que después de un viaje a China nos tuvo a doble ración de posts chinos durante un mes (besotes Mónica), pero sí voy a hacer un par de posts sobre Japón. Aquí va el primero.
Significado de Ikebana
Ikebana puede traducirse como "flores vivas" o "el camino de la flor". La palabra viene de dos palabras japonesas Ike y Hana. Ike es "disponer", "equilibrar", "arreglar", "mantener vivo". Hana o Bana significa "flores" o "plantas".
En occidente a menudo se traduce sencillamente como "arreglo floral japonés", pero esta traducción sufre de etnocentrismo antropológico, explica lo que es el ikebana en términos de cultura occidental, sin referencia a la cultura que lo crea. No se puede entender el ikebana desde la cultura occidental como un "arreglo" porque nuestra cultura no pone en los arreglos florales el significado que tienen en Japón.
Un poco de historia
El ikebana, como la caligrafía, es un arte tradicional japonés que tiene su inicio en el siglo VI con la llegada del budismo a Japón. Su orígen proviene de los monasterios budistas donde los monjes integraban ikebanas en los altares a Buda. En Nara, que fue capital de Japón antes que Kyoto, tuve la ocasión de ver en el templo de Todai-ji, junto a la imagen en bronce de Buda más grande del mundo, un colosal ikebana del siglo VII en bronce.
El Ikebana nació en los monasterios budistas como un ejercicio de contemplación y era parte integrante de la educación monástica.
En el siglo XV se dio un paso importante en el monasterio de budismo zen de Daisen-In, en Kyoto. Allí en el cuarto del abad, junto a un famoso jardín zen de arena y piedras, se creo el primer Tokonoma, un pequeño espacio de contemplación que integra un humilde Ikebana en una esquina junto con una caligrafía. El ikebana refleja el paso del tiempo y la estación del año mientras que la caligrafía conduce la mente hacia reflexiones del Zen. El día que visité este templo me encontré con un ikebana que podría haber sido muy similar al del abad de hace 450 años
El éxito de este Tokonoma fue considerable y la práctica de tener un Tokonoma en las casas se extendió rápidamente. Es sorprendente cuando viajas por Japón, y ves las diminutas dimensiones de algunas casas, observar el espacio que se dedica en la casa tradicional japonesa al Tokonoma.
En el Japón de los shogunes y los samurais, la práctica del ikebana se integró en la vida cultural japonesa con la misma pasión que se dedicaban a los haikus, el teatro kabuki o la ceremonia del té. Así se recoge en multitud de grabados y manuales de ikebana de la época. Existen increíbles libros de la época con bellísimos ejemplos de ikebana. Las principales formas clásicas del ikebana surgen en este periodo.
Algunas ideas básicas del Ikebana
A diferencia de los arreglos occidentales, un ikebana nunca es simétrico. Su belleza proviene de la asimetría.
Un ikebana tiene siempre, por su naturaleza, un frente y una espalda, no están hechos para estar en el centro de una habitación. Su función no es llamar la atención, ni adornar, están ahí para elevar nuestro espíritu y conducirnos a la reflexión.
Un ikebana se realiza siempre in situ, en el lugar en el que va a estar, no se pueden transportar. Están hechos para un espacio específico, en una estación del año específica, para unos invitados concretos y en un estado de ánimo concreto. Son siempre únicos y efímeros, no se pueden coleccionar como los bonsais.
La belleza del ikebana proviene de su simplicidad, su fugacidad, la expresividad de la línea y la fuerza de la sugerencia a traves de lo sútil. Un ikebana clásico debe, por ejemplo, integrar flores en sus tres etapas (capullo, abiertas y ya algo maduras) para expresar el paso del tiempo y la brevedad de la vida, también porque el contraste entre las flores jóvenes y las maduras es lo que da al ikebana su belleza.
A diferencia de los arreglos occidentales, el espacio más importante en un ikebana es precisamente los huecos que separan las distintas líneas que lo componen. Es el espacio vacío el que da equilibrio a la composición. Un ikebana ha de ser siempre algo incompleto y ligeramente imperfecto, porque la perfección eres tú quien la crea en tu cabeza, es en tu imaginación donde ha de completarse el ikebana.
Lo más destacado de la Convención
La convención tuvo tres partes:
- clases con maestros japoneses
- demostraciones de los iemotos (grandes maestros)
- una exhibición de ikebanas de todas las escuelas y países.
En las clases se aprenden composiciones concretas clasicas, con unas formas y líneas exactas heredadas de los grandes maestros del pasado. En nuestro caso por ejemplo, uno de los que hicimos fue este
Se trata de una composición clásica con 3 líneas básicas en unos ángulos muy concretos. Lo difícil de este ikebana es cómo doblar las ramas en sus ángulos exactos y la sujección el la base para conseguir una composición precisa. Aquí estoy con la profesora que me ayudaba:
Y esta es la base del arreglo, lo más difícil es conseguir mantener las ramas en equilibrio sujetándolas contra el borde del jarrón a muy poca distancia de la boca, la foto es del arreglo de los profesores... mi base era mucho peor, la verdad
Las demostraciones de los iemotos eran en un gran hall impresionante, con una puesta en escena soberbia que incluía música japonesa tradicional en directo, inciensos ardiendo durante las explicaciones y ropa tradicional de trabajo. Esto sí es una presentación con clase.
Entre presentación y presentación nos sirvieron la comida. Una comida ligera, que parecía en sí misma un ikebana. Como un auténtico japonés me dediqué a sacar fotos a mi comida y mis compañeras de mesa
En cuanto a la exhibición de ikebanas fue un espectáculo para la vista. He puesto más fotos de ikebanas en mi cuenta en flickr. Me llamaron especialmente la atención los ikebanas que estaban hechos con bases de papel de origami, eran espectaculares, por su sencillez, por la humildad de los recipientes y por la falsa fragilidad que parecían tener:
Y aquí estamos los que acudimos desde España, fuimos un grupo de gente de Bilbao y otro de Madrid, en total seríamos unos 15.
Si alguien me preguntase qué sentido práctico tiene el ikebana, tendría que responder con otra pregunta "¿qué sentido práctico tiene la vida?". El ikebana me ayuda a encontrar la respuesta.
Me encuentro a veces con gente que se sorprende que dedique tanto esfuerzo a algo tan efímero, tan poco empresarial, incluso tan femenino [nota a mi mismo: escribir un post sobre el mayor miedo de los tíos, ser vistos haciendo algo femenino]. No lo hago por relajarme, aunque me relaja. No lo hago por aprender sobre diseño y belleza, aunque aprendo sobre diseño y belleza. No lo hago por decorar, aunque decora. Practico ikebana porque, por sorprendente que parezca, es un camino hacia la iluminación.
Enlaces para saber más de Ikebana:
- Grupo en Facebook de Ikebana Spain
- Asociación Internacional de Ikebana
- Asociación de Ikebana de España
- Ikenobo, una de las principales escuelas de Ikebana
- Sogetsu, otra de las principales escuelas
Me has dejado alucinado.
Pensaba que yo era el peculiar.
Es broma!!! ;)
Largo post pero relajanteeeee.
Me atraen este tipo de asuntos cuyo componente "espiritual" es apabullante. En el mundo occidental, somos incapaces de entender algo así. Si tuviésemos la capacidad de reflexión que ELLOS usan, otro gallo nos cantaría, verdad?
Es, cambiando de tercio, como el corte del pescado en la comida japonesa. Es otra historia.
Con tanto japonés, me han entrado unas ganas de ir a alguno de mis favoritos... Kabuki, Miyama ó 19sushibar
Publicado por: Jorge Gordo | martes, noviembre 14, 2006 en 09:03
Qué envidia, Jesús...
Dan ganas de apuntarse a un curso, pero adivina... ¡no tengo tiempo! (el mal de nuestros días).
Tu nota personal me lleva a una reflexión que me tomo la libertad de compartir. Disculpas si no interesa (con no leer...).
A los hombres dices que os da miedo que os vean haciendo algo femenino. En primer lugar, que os vean otros hombres... porque las mujeres estamos encantadas. Y luego, ¿por qué en cambio, una mujer que hace cosas de hombres no está mal vista? La respuesta que me doy, y me puedo equivocar, es que se supone que esa es una mujer fuerte, capaz de hacer "cosas de hombres" siendo femenina a la vez. Sin embargo, es simplemente un mito, la mujer es más versátil, tiene más capacidad para salir adelante (mira después de una ruptura...), es capaz de trabajar sin despojarse de su sensibilidad... es el hombre el débil. ¿No deberíamos avergonzarnos nosotras de hacer cosas de hombres y vosotros exhibir vuestra capacidad de ser femeninos?
No quisiera haber herido a nadie, es una opinión nada más...
Publicado por: María Blanco | martes, noviembre 14, 2006 en 12:35
No lo hago por relajarme, aunque me relaja. No lo hago por aprender sobre diseño y belleza, aunque aprendo sobre diseño y belleza. Practico ikebana porque, por sorprendente que parezca, es un camino hacia la iluminación
Exactamente lo mismo me pasa con la meditación o zazen, en cuanto empiezo a hablar con alguien sobre ello la primera pregunta es "¿y eso para qué sirve?". Pues para nada en especial, "just being" como dicen en inglés.
PD: por cierto, tu CMS está publicando las direcciones de correo de las personas que comentan, sería mejor que no se publicasen, no?
Publicado por: Marc | martes, noviembre 14, 2006 en 16:46
Fascinante...
Mucho me gustaría ir al Japón. Es uno de esos viajes pendientes, como ir a Australia, por ejemplo.
Me gusta mucho la cultura japonesa, sobre todo su literatura, de la cual me considero un aficionado. Desde los tannka hasta los haykus, el teatro del Nô hasta el Kabuki, Mishima y Kawabata... Su literatura es increíble. Refleja la aparente sencillez de la vida, con esos contendios cuya trascendencia se encuentra, como la semilla dentro del fruto, en el interior de lo cotidiano...
Ha debido ser emocionante, aunque creo que para ti no habrá sido la primera vez.
Gracias por acercarnos un poco a ese mundo.
Publicado por: Juan Ramón | martes, noviembre 14, 2006 en 17:54
Hagas lo que hagas, si lo haces con ganas, con alegría, con amor, si el acto de hacerlo no es puramente económico, entonces es creativo. Algo crece en tu interior, eso es la creatividad. Si te produce crecimiento interior, es espiritual, es creativo y es divino. Te vuelves más divino a medida que te vuelves más creativo.
Lo creativo no es útil para los demás aparentemente, pero lo es para ti, y si lo es para ti, lo es para los demás...
Publicado por: Victoria | viernes, noviembre 17, 2006 en 10:18
Aquí la "de Barcelona", que estaría encantada que contaras cosas de Japón a quilos y durante meses si hiciese falta, porque tras viajar a China, a una sólo le aumentan las (muchas) ganas de viajar a Japón. Por cierto, no sé si agradecerte la referencia (es broma!) :P
Interesantísimo el tema del Ikebana (el sábado me cuentas más) y más aún el fantástico post que se promete sobre cosas que se supone hacen los del sexo contrario.
Publicado por: Mònica | lunes, noviembre 20, 2006 en 18:12
Me ha encantado todo lo que acabo de leer...Y todo viene por un artículo publicado esta semana en el suplemento XLSemanal sobre la arquitecta Kazuyi Sejima, la cual decía que practicaba el arte del ikebana y de ahí a esta página...un salto...que me está deparando conocimientos y sorpresas muy agradables....
Publicado por: Begoña | miércoles, marzo 07, 2007 en 13:02
Hola, des hace 4 años me dedico a la decoración floral para hoteles, restaurantes, ayuntamientos etc. He hecho algunos ikebanas y siempre acierto, porque se pueden colocar en cualquier lugar por muy pequeño que este sea. He leído lo que habeis publicado aqui y me parece interesante. Desearía que si en alguna ocasión organizais algún certamen me aviseis. Muchas gracias
Publicado por: dondeluisa diseño y ........mucho más | miércoles, junio 27, 2007 en 18:28