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lunes, agosto 07, 2006

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En Japón es habitual que un niño no tenga hermanos ni que pueda ir a jugar "a la plaza" o "abajo" con frecuencia. La mayoría de videojuegos no hacen si no aumentar el tiempo de condena en el calabozo tecnológico que se ha convertido el cuarto de un niño hoy en día. De ahí la legión de "otakus" (palabra tergiversada en occidente) que contiene la población japonesa y primermundista.

Desde los tiempos de Pokémon, Nintendo ha ido cuidando la interacción persona-persona. No puedes explotar todas las capacidades de ciertos videojuegos (por cierto, obsoletísimo nombre, sólo superado por "ordenador") si no te relacionas con otros niños físicamente. Antes mediante cables, ahora mediante wifi.

En el caso de Nintendogs, uno se puede quedar maravillado al ver las reacciones que provoca entre los niños (y entre los adultos que lo poseen también). Aunque llevándolo a un extremo, compara las reacciones (totalmente zen) de Beatriz con el de este niño alemán tratando de jugar al Unreal Tournament [1]

Quizás el siguiente paso para Beatriz sea tener un perro AIBO [2], fabricado por Sony. Un experimento de retroalimentación emocional no superado. Es caro, es exclusivo, pero llegará a ser accesible (y ya tiene una legión de incondicionales). Viendo cómo actúa, se comporta (en Youtube hay decenas de vídeos) uno se da cuenta que no queda mucho para que cambiemos de idea y no lo veamos como un trozo de plástico, al que no podemos querer.

Beatriz saltará después a QRIO [3] y puede que sus padres a un ASIMO [4]... who knows...

P.S. También señalar que la Nintendo DS Lite está mordiendo, y de qué manera, el ocio adulto con juegos como Brain Age y muchos otros.

[1] http://www.youtube.com/watch?v=GwOv0xg31nk
[2] http://support.sony-europe.com/aibo/index.asp
[3] http://www.sony.net/SonyInfo/QRIO/
[4] http://world.honda.com/ASIMO/

Y si orwell en realidad es nostradamus??

:)

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