A finales de junio por invitación de Suscipe di una charla en la que, entre otras cosas, hablaba de diseño web.
En aquella charla puse una diapo en la que resumía lo que considero esencial del buen diseño:
El diseño, cuando realmente es bueno, no lo notas. No llama la atención en sí mismo. No destaca. Sencillamente acepta su función, se somete al uso y se integra de manera tan sutil e imperceptible en la tarea que resulta invisible, neutro, apagado.
Cuando el diseño se desvía de la función para llamar la atención se vuelve manierismo. Escenografía. Drama. Barroco. Detrae atención del resto de la vida diaria. Distrae o, peor aún, molesta porque se entromete entre lo que queremos hacer. Se vuelve por tanto innecesario. Una carga. En mayo hice un post sobre el diseño estético que se vuelve peligroso.
El diseño excepcional está en lo que ni siquiera reparamos. Lo que no vemos.
Pero cuando pienso en los mejores diseños que me rodean me doy cuenta que no son obra de una sola persona. No tienen firma. O son evoluciones que se pierden en el tiempo (¿quién diseño los macarrones, el abanico?) o son el trabajo de un equipo a lo largo de mucho tiempo. Edison pudo tener la idea de una bombilla pero las que tengo en casa son el resultado de la invención, la creatividad y el trabajo de mucha gente. Para diseñar la tecnología de un CD, o el envoltorio de un condón, ha sido necesario un equipo de gente con conocimientos muy distintos.
A pesar de nuestra triste necesidad de transcendencia, de firmar las cosas que vamos haciendo, el diseño excepcional es anónimo. No entiende de ego. No tiene padre ni madre. Es labor de equipo y del progreso evolutivo de pequeñas ideas, una a una.
Quizá sólo cuando es anónimo podemos considerar que hemos hecho algo realmente excepcional. Firmar es equivocarse.
No puedo estar más de acuerdo con el enfoque bauhausiano que defiendes aquí :-)
Publicado por: Juan | jueves, julio 27, 2006 en 10:01
Tienes razón. El diseño excepcional no es frecuente porque no es fácil, nada fácil, depende como has dicho de equipos de profesionales multidisciplinares (incluso los diseños firmados dependen de equipos), sin embargo un producto al parecer se vende mejor firmado, diciendo que es un buen diseño, convirtiéndolo en exclusivo y rara vez se vende un diseño realmente excepcional hablando del diseño, no hace falta.
Publicado por: Boca Dorada | jueves, julio 27, 2006 en 11:24
Jesús una pregunta.
No crees que el diseño que defiendes da facilidades a lo que calificabas como "¿Imitación Parasitaria?"?
Publicado por: César | jueves, julio 27, 2006 en 11:44
Lo que cuentas me hace pensar en los eventos y en la organización de los mismos. Conseguir la perfección en uno de ellos es que el Cliente no te diga nada. Si no te dice nada, es que todo es perfecto: no hay fallos. Solo el fallo, lo que "sobra", es el error... y es lo que resalta.
Ya lo decías tu: las paginas perfectas son de las que no puedes quitar nada.
Publicado por: Daniel | jueves, julio 27, 2006 en 18:12
Toda creatividad es creatividad derivada...
Publicado por: Julio Alonso | jueves, julio 27, 2006 en 19:06
100% de acuerdo.
De hecho, la firma en el diseño sólo tiene sentido si pretendemos que sea un bien escaso (como un billete de banco, como un cuadro, como una obra de arte, cuántos menos, más valiosos). Un diseño, mejor cuanto más anónimo y masivo.
Publicado por: Javier Cañada | jueves, julio 27, 2006 en 23:13
Brillante, pero creo que falso.
A veces, llamar la atención es una función.
El diseño excepcional no es anónimo: se vuelve transparente, precisamente, gracias a su gran calidad.
Manierismo, escenografía, drama, barroco también son opciones estéticas legítimas. Quizás no nos guste Bernini, pero era genial.
Tu defensa del equipo y de la humildad en el trabajo es MUY de agradecer.
Un cordial saludo.
B.
Publicado por: Boris Mir | lunes, julio 31, 2006 en 23:48
Creo que este texto tiene puntos interesantes, pero también creo que en otros es algo extremista en sus planteamientos.
Este artículo, no sé porqué, me ha recordado a los manifiestos de casi todos los movimientos artísticos, sobre todo del siglo XIX y XX (si es que hubo alguno antes...), que invariablemente proclamaban la inevitable muerte de todas las corrientes anteriores y la única y posible existencia de la anunciaban.
Creo que un buen diseño "funciona" cuando se adapta a su medio natural, pero no porque sea sencillo o barroco, invisible o muy presente, si no simplemente porque transmite eficazmente lo que se quiere transmitir o porque cumple con lo que se exige de el.
Pero no me atrevería a sacar de estas conclusiones una serie de requisitos estéticos. Un derroche de aspectos gráficos o de barroquismo puede transmitir muchas cosas. Quizás distrae, si. Pero bienvenida esa distracción que nos hace pararnos a ver simplemente un objeto o una imagen que de repente, transmite algo. Creo que hay implícita una cierta poesía en hacer objetos que sin que sea necesario, son bellos o muy expresivos. Y no, no creo que por ello su funcionalidad vaya a verse comprometida.
Publicado por: Belén | martes, agosto 01, 2006 en 18:08
Es muy interesante tu planteamiento, pero creo que es así el diseño que solo cumple con su función de servir para algo. Ahí está la eterna función y forma. Y lo que ahora se tiene tan en cuenta el llamado diseño emocional, a un objeto muchas veces se enriquece con la forma estética, no solo que cumpla la función con la que se ha diseñado, y ahí interviene la cultura que cada diseñador o grupo de diseñadores quieren arropar al objeto.
Publicado por: Andres fdez | miércoles, agosto 02, 2006 en 19:05
Es el diseño arte?
Es el arte la capacidad de transmitir emociones?
Debe cumplir las leyes de la ergonomía emocional (toma concepto!) o debe ser libre?
El diseño estúpido funcionalmente aporta equilibrio, alternativa. Viva Versace!
Publicado por: eloy | viernes, agosto 11, 2006 en 17:39
es interesante el tema!
sólo me gustaría aportar un dato. muchos diseños excepcionales son anónimos porque: 1. su creador así lo ha querido, 2. el paso del tiempo ha eliminado la necesidad de que vaya firmado, 3. a nadie le interesa saber y divulgar quien fue el creador, 4. otras personas se han encargado de borrar esa firma...
sin embargo, la realidad es que hay gran cantidad de diseños excepcionales fruto del trabajo en equipo, donde sólo hay una firma (o marca) y muchos diseñadores anónimos que han colaborado en su creación...
Publicado por: gabriel | sábado, septiembre 02, 2006 en 22:23